jueves, 29 de agosto de 2013

Los jueces tumban los ERE y los convenios de la reforma laboral


Los tribunales anulan cerca del 60% de los expedientes, a lo que se suma la sentencia de la Audiencia Nacional que ha avalado la vigencia de los convenios anteriores a la reforma, a pesar de lo que dice la ley. Seguir leyendo en enlace adjunto

Los jueces tumbas los ERE

martes, 27 de agosto de 2013

Desplazamiento o Traslado

Como es una duda que está surgiendo cada día más entre el personal, debido sobre todo a los tanteos que se están haciendo, cualquier día vas a trabajar y puedes recibir una llamada de "alguien" con el que no has tenido nunca relación, tanteándote sobre tu disposición y disponibilidad a una movilidad geográfica, os indicamos  la diferencia fundamental, para nosotros, entre desplazamiento y traslado.
Desplazamiento: Es aquel inferior a un año, por el que el trabajador o trabajadora recibirá una compensación económica como mínimo. El desplazamiento tiene fecha de finalización y supone una NO DESVINCULACIÓN de tu centro de trabajo de origen, con lo que finalizado ese plazo se retornará al centro del que has salido.
Traslado: Duración superior a un año. Tienes derecho a los días que vienen reflejados en el acuerdo de homologación. El traslado supone LA DESVINCULACIÓN de tu centro de origen y pasarás a formar parte de la plantilla del centro al que has sido movido. No tiene compensación económica, salvo que el/la trabajador/a lo negocien con la empresa.
Seguimos manteniendo que todo oferta de vacantes debiera publicitarse a toda la plantilla, esta empresa tiene medios para hacérselo llegar. Y nos parece reprochable la forma en la que se están ofertando, a modo de tanteo, los posibles puestos creando una incertidumbre en el conjunto de la plantilla que no nos merecemos.

Carta a "los de abajo" de Pablo Iglesias

Estimado amigo o amiga teleoperadora, reponedor, camarera, emigrante ...
 
Me dice, mejor, nos escribe Pablo Iglesias que andáis por aquí abajo, donde estamos los trabajadores y trabajadoras, sin poder afiliaros a un sindicato ni hacer huelga. Parece ser que le saludáis y le pedís que dé caña en no sé qué programas que no veo porque los médicos me han prohibido que vea a la caverna mediática del TDT. Y anda Pablo Iglesias preocupado por quien se ocupará de vosotros. 
 
Los "chicos del maíz", un tal “Nega”, desde la web de Kaos en la red, John BrownGuillem Murcia Nicolás González desde las páginas de “Rebelión”, y Alfonso Lago Rayón desde el diario “Mundo Obrero” ya han contestado con sesudos análisis marxistas. Así que yo os voy a escribir desde una óptica más pragmática, de pie de calle, que a algunos parecerá, perdón, reformista.
 
SI, SE PUEDE
 
Vamos a ver, en España cualquiera puede afiliarse a un sindicato sin mayor problema. Vosotros y vosotras también.
 
Y es que el modelo sindical español no es el anglosajón donde montar un sindicato en una empresa puede ser un via crucis pues es necesario tener un número mínimo de afiliados o afiliadas y comunicárselo a la dirección de la misma y donde, además, no existe más que un sindicato por empresa. El primero que llega es el que puede funcionar.
 
En el modelo mediterráneo, te afilias a un sindicato anónimamente y este te encuadrará y organizará como le plazca o pueda. Por ejemplo, en la sección sindical de empresa si hay suficientes afiliados o en una estructura de localidad o sectorial si no los hay. Y el anonimato está siempre garantizado salvo que uno mismo decida romperlo.
 
¿PARA QUÉ SIRVE?
 
Seguramente Pablo Iglesias, como profesor universitario ya conoce esas cosas y lo que planteaba en su post es que los sindicatos no os sirven de nada a "los de abajo".
 
A mí se me ocurren algunas razones para afiliarse.
 
Una primera es para sentir que no estás solo. Que hay más pizzeros, empleadas de hogar, trabajadores sociales, etcétera, con tus problemas.
 
Puede parecerte tonto, o de libro de autoayuda, pero participar en un movimiento de renovación pedagógica donde encontré a profesores que tenían los mismos problemas en el aula que tenía yo, me ayudo en mi actividad profesional. Comprender que tus problemas individuales son conflictos de muchos seguramente es el primer paso del sindicalismo, No es lo mismo lidiar con un asunto individual que con un problema colectivo.
 
La segunda razón es más pragmática: te afilias para estar informado y poder ser asesorado. Para conocer tus derechos y tus instrumentos de reclamación y reivindicación.
 
Por último, la afiliación te posibilita intercambiar experiencias, valorar actuaciones y medidas y buscar la fórmula más apropiada para tratar de defender colectivamente tus intereses.
 
Conocerás y aprenderás de la experiencia de lucha de otros colectivos.
 
¿QUÉ PUEDE HACER EL SINDICATO POR TI?
 
Llegados a este punto hay que aclarar que un sindicato no es, no puede ser, otra cosa que la autoorganización de los trabajadores para la defensa de sus intereses.
 
Por eso, es tan tonta y reaccionaria la pregunta: "¿y qué hacen los sindicatos?" hecha por un trabajador, refiriéndose a cualquier problema de su empresa o sector.
 
La pregunta correcta es: "¿y qué hacemos, qué podemos hacer nosotros? ¿Como intervenimos? ¿de qué manera presionamos, nos organizamos para hacer fuerza, les desgastamos?"
 
Y la primera respuesta a la preocupación de Pablo Iglesias es esta: ¿Quien se ocupa de vosotros? Vosotros mismos. Si no os organizais vosotros, nadie vendrá a salvaros desde fuera.
 
¿A QUIÉN PUEDE REPRESENTAR EL SINDICATO?
 
Y esto ocurre porque tendremos que convenir que resulta complicado, difícil, representar a aquellos trabajadores y trabajadoras que no se afilian.
 
A pesar de lo cual, los sindicatos confederales dedican algunos de los efectivos de los trabajadores afiliados para que atiendan otros sectores menos organizados, menos sindicalizados. Lo que se denomina hacer "extensión afiliativa" para tratar de crecer, de hacerse más fuertes.
 
Sin embargo, los sindicatos, es verdad, no pueden dedicar tantos efectivos como quisieran a esos sectores más desorganizados. Los efectivos dedicados a esos sectores son cedidos generosamente por los trabajadores y trabajadoras afiliados. Atenderles a ellos es el primer mandamiento sindical pues si se pierde fuerza en esos sectores ya organizados, se tendrá menos medios para atender los otros sectores. Es una pescadilla que se muerde la cola.
 
Sin embargo, has de saber que los sindicatos han ido creando instrumentos que pueden contemplar a todas las categorías laborales, estén o no afiliados. Principalmente, a través de la negociación colectiva: el convenio de empresa cuando formas parte de una de importantes dimensiones o el convenio sectorial (provincial, autonómico, estatal) cuando no. Esos convenios regulan condiciones laborales para todos los colectivos, sean grandes, pequeños o residuales. Y para todos los trabajadores, para los que cotizan y se afilian y para quienes viven de las cotizaciones y trabajos de sus compañeros.
 
También para vosotros: en el convenio de Carrefour o de Alcampo se vela por el reponedor de dichas empresas y en el convenio provincial de hostelería por los camareros de cualquier bar, "barucho" o tasca. Etcetera.

Debes saber también que el sindicalismo no se quedó anclado en el fordismo y ha ido adaptando sus formas organizativas, con mayor o menor éxito a las nuevas realidades empresariales. En los sectores donde prima la pequeña empresa no hay asamblea de centro de trabajo sino que se reunen por localidades, por categorías profesionales o por cualquier otra fórmula que se considere pertinente. 

Además hace tiempo que los sindicatos reaccionaron ante la llegada de los trabajadores emigrantes y crearon nuevas estructuras; en CCOO se crearon los CITES, en mas de 70 localidades grandes, para atender, informar, asesorar y formar a los trabajadores emigrantes o se llegaron a acuerdos con los sindicatos de sus países de origen para poder atenderles mejor cuando llegaban aquí. 

Y la legislación sobre empleadas de hogar ha sido impulsada por las secretarías de la mujer de CCOO y UGT.

No todos los colectivos de los que habla Pablo Iglesias tienen los mismos problemas de organización o representación. Los enfermeros o enfermeras, por ejemplo, tienen un importante sindicato corporativo, el SATSE, que acaba de pactar la paz con Rajoy y los taxistas tienen sus propias asociaciones gremiales. De los interinos hablaremos en el próximo apartado.
 
¿Te parece difícil organizarte dada la dispersión y movilidad del sector? Pues imagina como se sentían hace casi 20 años las trabajadoras del sexo cuando empezaron a organizarse para mejorar sus condiciones laborales.  (http://www.colectivohetaira.org/web/ique-es-hetaira.html)
 
SIN PARTICIPACIÓN, NO HAY REPRESENTACIÓN
 
En cualquier caso, es comprensible que en una clase obrera plural, fragmentada, con intereses contradictorios algunas veces, sea más fácil que el sindicato asuma tus intereses si estás dentro que si estás fuera.
 
En mi sector y en el de Pablo Iglesias eso es evidente. Por ejemplo, los interinos, que parece que sí están entre los de abajo, que sí son el pueblo, forman parte de uno de los colectivos más organizados dentro de los sindicatos. Y estos tienden a defender sus intereses en el acceso a la función pública antes del de quienes son recién licenciados, están parados o vienen del sector privado. Los interinos están afiliados, son muchos y presionan en defensa de sus intereses. Marcan la línea quienes son mayoría.
 
Mal que nos pese, generalmente, los afiliados a un sindicato no son sólo, ni principalmente diría yo, tipos altruistas, generosos, dedicados a la causa de la clase obrera. Son personas normales que buscan defender, primero que nada, sus intereses. A veces, se pretende que esos intereses son privilegios y se pretende igualarnos a todos en la precariedad. (Pero, si quieres, eso lo discutiremos otro día, que me enrollo muchísimo).
 
Los afiliados y afiliadas son, como los no afiliados, bastante corporativos. Van a lo suyo.
 
A pesar de nuestra simpatía inmensa por las mareas verde y blanca, aúpa el Betis, tenemos que reconocer que la mayoría de los docentes utiliza la sanidad privada, a través de Muface, en lugar de la Seguridad Social y, viceversa, la mitad de los sanitarios llevan a sus hijos e hijas a colegios concertados o privados.
 
La gracia de estar conviviendo en un sindicato confederal es que entre todos se puede trascender lo corporativo y encontrar mínimos comunes, reivindicaciones generales y posiciones que unifiquen los intereses de todos los colectivos.
 
LO QUE TE VAS A ENCONTRAR SI TE AFILIAS
 
Una vez demostrado que puedes, si quieres, afiliarte sin problemas y una vez sugerido que deberías hacerlo, habría que explicar que te puedes encontrar en el sindicato.
 
Como en cualquier organización o empresa te encontrarás con tu correspondiente porcentaje de arribistas, buscando como escalar o, simplemente, como mantenerse para no volver al tajo; el correspondiente porcentaje de burócratas, tipos que responden con la inercia y la rutina a los problemas planteados; y hasta el correspondiente porcentaje de personas a las que se seduce el poder y sus oropeles. Luego, está el amplio porcentaje de los que van a lo suyo. Como en cualquier otro sitio.
 
Pero también te encontrarás, como en ningún otro sitio, gente generosa, desprendida, solidaria y combativa que está allí a lo que hay que estar: a defender de la mejor manera los intereses de los trabajadores.
 
Espero que sepas distinguirlos. 
 
Te encontrarás con intensas discusiones y debates porque no es fácil ni están escritas en ningún libro las soluciones y las gentes sindicales discutimos con pasión, como en el fútbol, porque creemos que nuestras propuestas son, si no la únicas, sí las mejores.
 
Si las respuestas fueran fáciles...
 
LA ORGANIZACION DE VUESTROS COLECTIVOS
 
En tu caso, además, vas a encontrarte con grandes vacíos. Es cierto que los sindicalistas no sabemos todavía cómo atraeros al sindicato, como haceros atractivo el participar en este instrumento vuestro que es un sindicato. ¡Y hay tan poca tradición asociativa en nuestro país!
 
Es cierto que, a veces, cuando estáis dentro, no sabemos cómo ni dónde organizaros (aunque pienso que, gracias a Internet y las redes sociales, esto se puede solucionar pronto). Y es cierto, por último, que no sabemos cuáles son las mejores medidas de presión que podéis hacer para mejorar y estabilizar vuestras condiciones de trabajo. Sabemos lo difícil que os resulta hacer huelga y tenemos que inventar nuevas formas de presión aunque nos llamen revisionistas.
 
Por eso es tan, tan importante vuestra participación. Porque sois vosotros quiénes podéis decir hasta dónde y cómo estáis dispuestos a llegar. Los que deberéis encontrar vuestras maneras de luchar. Con todo el apoyo de los demás compañeros y compañeras. Eso es el sindicato.
 
LO QUE NO PUEDE HACER EL SINDICATO POR TI
 
Es la revolución. Si hay alguno que dice lo contrario, será muy minoritario. Desde Lenin, al menos, los sindicatos son organizaciones economicistas, organizaciones reformistas. A veces, ante la crisis de los partidos de izquierda se pide a los sindicatos que se ocupen del trabajo que no hacen esos partidos. Pero el sindicato no está para tomar el poder. Ni para quitar o poner gobiernos.
 
Está para defender posiciones (condiciones laborales, prestaciones sociales) en tiempos de agresiones y para pactar avances cuando la coyuntura lo permite.
 
La razón de ser de un sindicato es la negociación y el acuerdo, si no sería un lobby más, un grupo de presión. Y para ello necesita tener mucha fuerza detrás.
 
LO QUE NO PUEDE SER EL SINDICATO
 
No es la virgen de Lourdes. Sé que muchos lo creen así cuando le responsabilizan del curso de las reformas ocurridas en España en los últimos años. Los más viscerales, como si las hubieran diseñado o acordado los sindicatos, los menos viscerales como si las hubieran consentido por no sé qué plato de lentejas (subvenciones, liberados: hay quien se esta empeñando en convertir los derechos sindicales en corrupción y sobornos para debilitar al sindicalismo. Otro día hablaré de los memos antisindicales).
 
Se responsabiliza a organizaciones divididas (por el voto soberano de los trabajadores) y a las que están afiliadas, en conjunto, uno de cada cinco trabajadores de no abortar las reformas.
 
Sinceramente, yo responsabilizaría al 80% que no está afiliado. Sin fuerza, sin unidad, no hay nada que hacer.
 
TERMINANDO
 
No quisiera que todas estas cosas te asustaran y ahuyentaran pero me ha parecido conveniente que sepas también de las carencias y defectos del sindicato antes de plantearte el ingreso.
 
Si lo haces, sí te afilias, formarás parte de un instrumento en permanente construcción, un instrumento potente que a veces no funciona como debería.
 
Por eso, insisto, tu contribución es tan importante. Podrás ayudar a construir un instrumento más amplio, más eficaz, más democrático, más internacionalista, más verde, más morado, más unitario, más fuerte.
 
Espero verte por allí.
 
Un saludo obrero